domingo, 6 de septiembre de 2009

Don't cry for me Argentina!

Ayer se disputó el partido clasificatorio para el Mundial 2010 de Sudáfrica más esperado de los últimos tiempos. Se enfrentaban dos de las potencias futbolísticas más influyentes a nivel de selecciones, Argentna contra Brasil, con el resultado conocido ya hoy por todos de 1-3 a favor de la canarinha.
La verdad es que sólamente aguanté la primera parte del partido, porque entre la hora, el tostón de partido que fue y que tuve que recurrir los amigos de rojadirecta para poder disfrutar del encuentro, en el descanso decidí que mi maravillosos colchón viscolátex ya me echaba de menos.

Muy floja y preocupante argentina, almenos en la primera parte; en la que Brasil, con el fútbol menos brasileño de toda su historia made in Dunga, castigó la bisoñez de los del Pelusa con dos goles a balón parado en los que la defensa argentina estuvo particularmente inoperante. Y es que Dunga hubiese sido feliz naciendo en el Bérgamo y compartiendo ideas futbolísticas con Trapattoni o Capello, porque su brasil es sin duda el más italiano de los equipos. Orden, físico y calidad en los tres hombres de arriba para aprovechar cualquier fallo del rival, dejando muchas veces la iniciativa al rival. Además el dominio del juego aéreo que tienen con la altura de sus centrales, ya sean Lucio, Luisao o Juan es otro de los argumentos que Dunga ha explotado al máximo desde que es seleccionador.


Pues con esos argumentos le bastó a Brasil para ganar en casa a una Argentina que no tiene para nada buena pinta. Y con la nómina de buenos futbolistas seleccionables que tiene este país, además de contar en sus filas con el jugador más desequilibrante del mundo, solo se me ocurre un culpable, el seleccionador Diego Armando Maradona.


Desgraciadamente para los argentinos, no tienen la capacidad crítica necesaria para cuestionar al Diego, pero desde que ha llegado no ha hecho más que coleccionar despropósitos. Otro coach con la colección de desastres que tiene ya Maradona, hubiese sido destituido y casi linchado. El mejor jugador de la historia es, para mí un entrenador y seleccionador bastante discutible.
Empezando por lo más elemental, el juego del equipo. Pese a que ayer por momentos combinaron bien, pareció más fruto de las ganas y del fervor que les insuflaba el estadio de Rosario lleno hasta la bandera que de un verdadero plan de juego. Brasil tiene una manera de jugar, Argentina lo fió todo a la inspiración de sus jugadores. Messi es muy bueno pero solamente él no sirve. Por mucho que el voluntariosos Dátolo (que ayer marcó) de lo mejor de sí, o que Verón intente disimular que ya se le ven las costuras; cuando delante hay una selección seria, se ve que Argentina no puede permitirse jugar con un centro del campo como el de ayer. Con Cambiasso lesionado, sólamente Mascherano de los que jugaron ayer parece un jugador de suficiente nivel para la albiceleste. Y sin centro del campo no se puede tener un proyecto sólido. Puestos a convocar viejas glorias como Verón o Palermo, más le valdría a Maradona reconciliarse con Riquelme que almenos juega hasta con los ojos cerrados.

Por otra parte, quizá no sea el mejor momento para reivindicarlo debido a su extraña suplencia, pero Higuaín tiene sitio en este once. La mejor versión de Argentina ha sido siempre con un punta de referencia, de altura, al estilo de Crespo o Batistuta, e Higuaín pese a ser un jugador con mucha más movilidad que estos, podría desempeñar esa función liberando a Carlitos Tévez o a Messi de tener que ser la referencia en punta. Así los pequeños podrían llegar desde atrás con mas libertad, ya que tanto Messi, como Tévez o Agüero juegan en sus respectivos equipos acompañados de delanteros más potentes físicamente que les generan espacios de los que pueden sacar mucho más provecho. Clama al cielo que sea Palermo el elegido en este sentido. De hecho tengo una sospecha un tanto maliciosa acerca de las fobias y filias del seleccionador argentino, Palermo es de Boca, el Pipa es de River, saquen sus propias conclusiones.
El monumental es el estadio de River, saquen sus propias conclusiones. Quizá es que un partido como el que se jugó ayer es mejor disputarlo en un estadio pequeño como el Lisandro de la Torre pero aún y así las maneras en las que se ha llevado a cabo todo el tema del cambio de estadio, con declaraciones altisonantes, polémicas innecesarias y demás no ayuda al buen ambiente.
Y por último, le pese a quien le pese, en el fútbol los protagonistas tienen que ser los jugadores. Cuando un entrenador es el centro de atención, cuando un entrenador no es capaz de encajar las críticas, cuando un entrenador está siempre en el candelero mediático, no es una buena señal para su equipo.
Más les valdría a los argentinos separar al Maradona jugador del Maradona actual, porque el primero es el más grande pero el de hoy ni es un buen entrenador, ni es un ejemplo para nadie.

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