Con mi euro que no cuenten

Hay poca gente a la que admire profundamente y sin reservas, pero semanalmente disfruto de una de ellas leyendo la entrevista digital que Santiago Segurola mantiene con lectores de MARCA.com, donde se produce el curioso fenómeno de un adjunto a la dirección que atiza de manera continua, sutil e inteligente al periódico donde trabaja. En una de estas preguntas he descubierto el blog de Rubén Uría, donde recientemente ha publicado una crítica salvaje hacia el diario madrileño. La verdad es que es muy recomendable, os adjunto un fragmento con el enlace porque no tiene desperdicio:


Desde tiempos inmemoriales, este periódico solía defender la búsqueda de la verdad, se acercaba a la objetividad lo más posible y tenía a bien no tomar partido en cuestiones que fueran más allá de simples puntos de vista deportivos. Hoy el cuento ha cambiado mucho. Su afán vendedor, su ansia de poder y su difama que algo quedará han convertido sus páginas en un concurso de tiro al blanco, donde algunos pseudo-periodistas hacen las veces de francotiradores y apuntan a la sien del entrenador del Barcelona. Son, de manera oficiosa, el Comité de Actividades Anti-Guardiola. Para ellos no es suficiente con desprestigiar a Pellegrini.

No soy el mayor defensor del mundo de Guardiola, pues creo que también se equivoca como todo el mundo y no me gusta el halo de misticismo que lo rodea, pero más allá de eso es víctima de una campaña de difamación -llegando incluso al insulto directo- que roza lo delictivo. No llega a los extremos de lo que se hizo con Pellegrini, que se está viendo perpetuado en el tiempo con esporádicos ataques al chileno ahora que está en el Málaga, pero se confirma que el que fue el diario deportivo de mayor calidad que teníamos en el panorama nacional se ha convertido definitivamente por obra y gracia del ínclito Eduardo Inda, en una soberana mierda.

En ese cúmulo de despropósitos que se ha convertido el periódico, Santiago Segurola o Julio César Iglesias, que deberían ser la norma en el diario más vendido en España, se han convertido en la excepción; una suerte de oasis de coherencia dentro de una retahila de idioteces firmadas por personajes de la talla moral de Miguel Serrano, que llegó a escribir "España esta lleno de mierdas" quedándose tan ancho.
Es una verdadera pena que quién tiene el privilego de gozar de una tribuna para proyectar su opinión a tantísima gente, la utilice de una manera tan malvada.

Es cierto que el diario MARCA cada vez vende más ejemplares, que su portal web cada día tiene más visitas y que su universo con televisión, radio y ahora incluso un bar en la Gran Vía, no para de expandirse; pero no me sirve de excusa. La basura, el insulto y la polémica son  instrumentos muy útiles para adquirir notoriedad en este país, quizá la manera más rápida y sencilla de llegar al éxito; no hay más que ver los índices de audiencia de Tele 5 o los estudios que situarían a Belén Esteban como la tercera fuerza política del país.

Pero seguro que no es la única manera. Dentro del universo MARCA hay gente buenísima, los dos anteriormente mencionados, Axel Torres, Fèlix Monclús o Vicente Ortega, gente que podría llevar el periódico en una dirección completamente diferente. He de confesar que yo todavía compro este periódico de vez en cuando, sobretodo para leer las crónicas y la sección de polideportivo -que hay que reconocer que al no estar contaminados por la influencia del fútbol está muy bien llevada- pero cada vez lo hago de manera más y más esporádica, y cada vez que me acerco al kiosko me prometo que será la última. Lo que si es cierto, es que hace cinco años compraba el MARCA a diario y que paulatinamente he ido ahorrándome ese euro que cada vez merecen menos. Como yo, la mayoría de gente con la que he tratado el tema y sin embargo las ventas no decrecen dando legitimidad económica a la actual linea editorial, pues mientras las ventas suban el producto es válido desde la óptica empresarial; pero desde luego a partir de hoy, con mi euro que no cuenten